¿De qué manera nos reconocemos a nosotras/os mismas/os y a las/os otras/os como mujer*, hombre* o con una identidad de género que no sea ni la de mujer* ni la de hombre*? ¿Cómo llegamos a ser quienes somos actualmente? ¿Qué papel desempeña el proceso de construcción de la identidad de género en nuestra convivencia? ¿Qué papel desempeña nuestra identidad de género en las situaciones de conflicto?
Vivimos en una sociedad patriarcal. La definición de lo que deber ser una mujer* o un hombre* viene dada por las normas sociales establecidas y guarda una estrecha relación con la posición de poder y el derecho a la participación social de las personas. Cada día, tanto en Alemania como en otros países, se dan exclusiones y privilegios basados en el género, la identidad de género y la orientación sexual, que con frecuencia tienen consecuencias violentas.
Por esta razón, para nosotros/as, desarrollar una perspectiva crítica de la sociedad y la educación implica incluir una mirada sensible al género, que, a su vez, reconozca la presencia de otros mecanismos de exclusión. Este enfoque, conocido como principio de interseccionalidad, se traduce en que cuando trabajamos aspectos relacionados con el sexismo, la homofobia y la (des)igualdad de género lo hacemos tomando en cuenta la interconexión con otras formas de discriminación, como, por ejemplo, el racismo, el adultismo y el clasismo.
Pensar conjuntamente la paz y el género es un aspecto central en nuestro trabajo. Con ello queremos reconocer y cuestionar las construcciones sociales sobre lo que se considera “femenino” o “masculino”, así como las asignaciones de género en relación con la paz y la violencia.
No creemos en la “pacificidad femenina” ni en la “agresividad masculina”, sino en que una construcción positiva de la identidad, sin importar el género, contribuye a la resolución constructiva de conflictos. Por ello, el enfoque biográfico tiene un papel importante en nuestro trabajo, y por eso somos solidarios/as con todas las personas comprometidas con romper el silencio para deconstruir los roles de género rígidos y promover un diálogo social equitativo.
En nuestros proyectos adoptamos este enfoque tanto de forma explícita, en unidades sobre género e igualdad, como implícita, a través del trabajo biográfico y el fortalecimiento de la identidad.